Pregunta: Han pasado muchos meses desde que Industrias Alegre inició el camino de la fabricación aditiva: ¿ha sido como lo imaginabais?

Respuesta: No teníamos unas previsiones exactas. Imaginábamos que habría que imprimir muchas piezas antes de tener un conocimiento más en detalle de la tecnología y de su aplicación y así ha sido. Quizás ha resultado algo más duro de lo que imaginamos, pero hemos alcanzado un grado alto de conocimiento. Porque el fabricante de la impresora nos entrenó en términos del manejo de equipo, mantenimiento, factibilidad de diseño y anidamiento (la forma en la que las piezas se colocan en las cubas de impresión). Pero, lógicamente, ha sido tarea nuestra llegar a conclusiones sobre cómo asegurar la calidad de las piezas, la apariencia, la precisión dimensional y las propiedades mecánicas. Optimizando el consumo de material, claro.

P: ¿Ser expertos en inyección de polipropileno ha significado una ayuda en el aprendizaje?

R: Realmente estamos ante una tecnología completamente diferente y, en ese sentido, ha sido como comenzar un entrenamiento desde cero. De hecho, trabajar con aditiva significa pensar de otro modo, porque tienes una enorme libertad en el diseño y te puedes olvidar de muchas restricciones que sí tienes en inyección. Lo que sí ha resultado importante en este aprendizaje es el conocimiento que tenemos del sector automovilístico y sus exigencias.

P: Y ¿ha habido sorpresas?

R: No han sido sorpresas, en realidad. Conocíamos bien el polipropileno por nuestra experiencia en el sector de la inyección y las dificultades que se nos podrían presentar, así que la tarea más ardua ha sido saber cómo trabajar para conseguir los mejores resultados en cada cuba de impresión. Y, por supuesto, tener claro los factores que implica el proceso de industrialización: los tiempos de producción y enfriamiento de las piezas, la capacidad dimensional del proceso o en qué casos se van a necesitar pos procesos para cumplir con las exigencias del mercado.

P: ¿Cómo se aproximan los clientes a la nueva tecnología que supone la fabricación 3D?

R: Cuando entra un nuevo proyecto, siempre hacemos un estudio de factibilidad de la pieza. En inyección es algo rutinario. Pero en el caso de la fabricación aditiva y gracias a la libertad de diseño que ofrece, hacemos recomendaciones a nuestro cliente que pueden llegar a sobrepasar sus expectativas. Solemos optimizar diseños aligerando peso sin comprometer su resistencia mecánica.

P: ¿Qué tipo de encargos estáis atendiendo?

R: Tenemos ya una clientela que pide de forma constante preseries y prototipos. Para este tipo de tareas, la fabricación 3D se está haciendo habitual. También para la validación de cambios en el diseño de piezas. Pero la demanda comienza a abrirse a nuevas aplicaciones.

P: En noviembre estuviste en una serie de jornadas sobre esta tecnología junto a HP y Sernauto, ¿qué inquietudes descubriste?

R: Las preguntas siempre giraban en torno a los resultados reales obtenidos en 3D y aplicados a la automoción: la tasa de producción que puede alcanzar la impresora 3D, los tamaños y acabados que proporciona y sobre las opciones de materiales disponibles en el mercado.

P: La fabricación aditiva, ¿llegará a sustituir a la tecnología de inyección?

R: Desde luego en un futuro inmediato y en automoción, no contemplamos la sustitución sino una convivencia. Esperamos, eso sí, que crezca mucho la aditiva porque ofrece enormes posibilidades en cuanto a libertad de diseño, reducción de peso y tiempo de respuesta, por ejemplo; pero hablamos de herramientas muy específicas que probablemente van a trabajar en paralelo.